

Cristina no había escalado nunca, así que nos fuimos directamente al final del sector izquierdo. Aquí empezaron las risas cuando saqué el casco de la mochila y me lo puse para abrir una vía, sin nombre, de V grado. A mi me pareció IV.

Y aquí se acababan las vias asequibles, al menos para mi y para Cristina, de este sector, así que Lili se metió en Primera linea (6a). Llegó mi turno y debería haberla intentado de primero, ya que me salíó muy bien, pero por vergüenza al estar rodeado de máquinas probando séptimos, la hice de segundo.


Me pareció muy curioso y guapo ver como la ingrávida y delgadita Lili, y el altísimo y fortísimo Bart, se medían con las mismas vías. Y también es curioso el hecho de que Bart lleva únicamente unas pocas semanas escalando en roca. En Bélgica, de donde proviene, aparte de en alguna escuela como Freyr, sólo ha escalado en rocódromos.

A todo esto, ya estaba empezando a oscurecer, así que tras una paradita técnica en un bar del pueblo nos volvimos para casa.
Fue todo un lujo compartir un día de escalada con gente tan fuerte. Espero que me dejen repetir algún dia aunque lleve casco cuando voy de primero!

