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23 jul 2022

Transhispania, un Camino de Caminos

Thanshispania, o el Camino de Caminos, es como hemos llamado a la ruta que habíamos preparado para este verano. Bueno, en realidad hace tres o cuatro años que se empezó a gestar, cuando Gigi cuestionaba si podríamos hacer un Camino de Santiago saliendo desde casa. Estuvimos mirando los caminos existentes, y acabamos trazando una ruta, que primero por motivos relacionados con la pandemia, y el verano pasado por una lesión de rodilla, no habíamos podido intentar hasta este año.

Nuestra idea era ir desde el Cap de Creus en Girona, hasta el cabo de Fisterra en A Coruña, conectando Caminos de Santiago, y a ser posible evitando el Francés, que yo ya había hecho. En ningún momento esperábamos acabarlo de un tirón, ya que salen unos 1600 o 1700 kilómetros, sin embargo tanto las bicis, como nosotros, hemos respondido bien, y hemos pedaleado (o empujado o cargado la bici!) el siguiente itinerario:

Camí Gironí, desde Port de la Selva hasta Montserrat. Al Cap de Creus no nos dejaron pasar, aunque por teléfono nos habían dicho que sí, debido a restricciones por peligro de incendio, así que empezamos subiendo un pequeño puerto para pasar de Cadaqués al Port de la Selva. Para el segmento entre Girona y Vic seguimos la opción de los pantanos.
Camí Català, desde Montserrat, cogiendo el ramal que va por el Monasterio de San Juan de la Peña, hasta Santa Cilia.
Camino Aragonés, desde Santa Cilia hasta Monreal. Una vez en Monreal, hicimos unos 20 kilómetros hasta Pamplona para conectar con nuestro siguiente camino.
Camino de las Asturias, desde Pamplona hasta Miranda de Ebro, pasando por Vitoria. A este tramo en algunos sitios ya le llaman el Ramal Pamplonés del Camino Olvidado.
Ramal Pamplonés del Camino Olvidado, desde Miranda de Ebro, y después de mucha investigación, este segmento no señalizado lo hicimos pasando por Sobrón, Trespaderne, Pesquera de Ebro y Polientes, para finalmente llegar a Aguilar de Campoo.
Camino Olvidado, desde Aguilar de Campoo hasta Ponferrada.
Camino Francés, desde Ponferrada hasta Santiago de Compostela. Inicialmente habíamos planeado hacer el Camino de Invierno, pero aquí íbamos algo cortos de días y decidimos tirar por el Francés y dejar el de Invierno para otra ocasión.
Epílogo a Fisterra, desde Santiago hasta el pueblo de Fisterra y su faro.

Han sido 32 días, con uno de descanso en Santiago antes de salir para Fisterra, en los que nos hemos encontrado de todo. Algunos días hemos pedaleado a más de 40 grados por Cataluña y Aragón bajo la ola de calor de finales de julio, otros hemos estado bajo cero en la montaña Palentina a 1700 metros de altitud. Durante muchos días no nos encontramos a ningún peregrino ni bicigrino, mientras que en algunos segmentos hemos compartido ratos muy divertidos con algunos de ellos.

Siempre que hemos podido, hemos dormido en albergue, pero hay zonas donde no existen, o están cerrados, y aquí hemos tenido que buscar alternativas que van desde un hostal, hasta plantar el sobretoldo de tienda en un bancal, pasando por ir a un camping o dormir en una caseta de piedra en medio del campo. Y siguiendo con nuestra filosofía, hemos cargado siempre con todo nuestro material, y hemos seguido la señalización del Camino siempre que ha sido posible.

No hubiéramos sido capaces de completar este Camino de Caminos sin la ayuda y paciencia de todos los hospitaleros de los albergues que hemos pisado, los propietarios y camareros de los bares, tiendecitas y supermercados donde nos hemos ido avituallando, y como no, algunas tiendas de bicis que nos han ayudado a mantener nuestras monturas rodando. Hemos hecho un máster sobre arreglar y evitar pinchazos. Además, tuvimos la oportunidad de pasar un buen rato en Santa Cilia con la madre de Gigi y sus tias, Maite, Margarita y Conchi, y más adelante en Miranda de Ebro con Albert y Vane.

Un viaje muy guapo, con tiempo para reflexionar sobre la vida, y disfrutar de todo lo que nos rodea.

Gigi, qué será lo próximo?

Si quieres ver más fotos, échale un vistazo a este álbum de Google Photos.

28 jul 2020

Techos de La Rioja, Navarra y Asturias

Este verano Gigi y yo teníamos pensado hacer una ruta en bici de varios días, pero debido a la pandemia del Covid19, y que se iban cerrando áreas por las que teníamos que haber pasado, pronto decidimos abortar y confeccionar un plan B. Cuando tienes una furgoneta camper, y además te gusta la montaña, planificar como invertir unos cuantos días siempre es un problema, básicamente porque siempre te faltan días.

Cogimos todos los trastos de montaña, incluido lo de escalada, las bicis, y también los portátiles, por si acaso nos confinaban poder trabajar a finales de agosto desde nos pillara, y nos fuimos a la casa que los Serrano tienen en Fiscal, justo en el Pirineo de Huesca.

Desde allí, fuimos haciendo algunas salidas, de más o menos días, que intento enumerar a continuación.

Nuestro primer objetivo era intentar subir a los techos de algunas comunidades autónomas. Hace un tiempo nos quedamos con las ganas de subir al más alto de Asturias, bastante exigente, así que trazamos un plan para ir haciendo salidas y llegar a Picos de Europa en mejor forma de la que estábamos.

Nuestra primera parada fue cerca del refugio de Linza, desde donde subimos a La Mesa de los Tres Reyes, que con sus 2428 metros constituye el punto más alto de la Comunidad de Navarra. Excursión larga, muy bonita, que nos fue de fábula como primera ascensión.

Y lo que también nos fue de fábula fueron las migas con vinito que nos comimos después en la Venta de Juan Pito. Sencillamente espectacular, tanto el sitio como la comida. Hay que volver!

Cambiamos de comunidad y nos fuimos a La Rioja, no antes sin parar a ver a nuestra amiga Lili, que esta ahora viviendo cerca de Pamplona.

Para intentar subir al techo de La Rioja hay que subir a la estación de esquí de Valdezcaray. Nosotros nos quedamos a dormir en el parking de la estación, y al día siguiente hicimos una circular muy recomendable, que comienza muy fuerte subiendo por las pistas peladas y pedregosas de la estación, pero después hace un recorrido con unas vistas impresionantes.

De este modo, primero subimos al San Lorenzo, que con 2271 metros es el punto más alto, luego fuimos a la Cabeza Parda y por último la Cuña. Al bajar al pueblo de Valdezcaray, mientras se iba tapando el cielo amenazante de tormenta, estuvimos buscando algún lugar donde ducharnos, pero con el tema del Covid todas las duchas estaban cerradas. De hecho, por medio del pueblo pasa un fantástico rio y había bastante gente bañándose.

Cuando por fin nos convencimos que era imposible encontrar una ducha, el cielo estaba prácticamente negro. Calculamos que faltaban tres minutos para que empezara la tormenta, pero realmente necesitábamos una ducha, así que nos metimos en el río un minuto, nos secamos en otro minuto, volvimos a la furgo justo cuando empezaba a caer el diluvio universal!

Al día siguiente nos empezamos a dirigir hacia Asturias. De camino Gigi iba buscando una mochilita pequeña para mi, ya que o tenía una muy grande, o una muy pequeña. Encontró una por Wallapop, en Santander, y le iba explicando al potencial vendedor por donde íbamos. Al final quedamos en un área de servicio, y resultó que el propietario de la que ahora es mi mochilita de ataque verde era un guardia civil que además estaba de servicio. Después del flash, continuamos nuestro periplo hacia Picos.

Si la excursión a la Mesa fue larga, la del Torre Cerredo aún lo es más. Para subir a los 2648 metros del techo de Asturias teníamos dos opciones. Una era subir hasta el refugio Urriellu, al pie del Naranjo de Bulnes, pasar noche allí, y al día siguiente ir hasta el Torre Cerredo. La alternativa era hacerlo todo del tirón desde la furgo, es decir, desde Pandébano.

Como veníamos bastante rodados, y además dentro del refu no se podía dormir por la pandemia, tenías que subir la tienda, y pagar igualmente, decidimos hacerlo del tirón. La excursión, tal y como la esperábamos, se hizo algo larga, pero tuvimos un día impecable y, una vez más, pudimos disfrutar de Picos de Europa en todo su esplendor.

Tras haber hollado los techos de tres comunidades autónomas más para nuestra colección, volvimos poquito a poco hacia Fiscal, haciendo una paradita en un bosque de secuoyas que hay en Cabezón de la sal, Cantabria.

Dias más tarde llegaron a Fiscal Laia, Roger y la pequeña Berta. Con ellos nos fuimos a hacer una excursión que hacía tiempo que queríamos hacer. Siempre habíamos visto unas fotos muy bonitas del Pic du Midi d'Ossau, con un lago, caballos, y el Midi de fondo. Pues bien, las fotos siempre están tomadas desde el Ibón de Anayet, así que miramos un poco la logística, y allí que nos fuimos.

El día fue demasiado frio para la época, el Midi estuvo bastante tapado todo el rato, y los caballos estaban en la vertiente opuesta al Pico de Anayet, así que no pudimos tirar ninguna foto como las que yo había visto, sin embargo la excursión fue igualmente bonita, Gigi y yo nos estiramos y subimos el Pico de Anayet (2545m) y ahora ya conocemos este bonito paraje, al cual habrá que volver en otra ocasión.