








Después de unos primeros dos o tres días de muchísimo calor, el resto de días fue una auténtica gozada desde el punto de vista de la temperatura. Además, cogimos algo de niebla, sobre todo durante la subida al monte Faro, pero no nos llovió ningún día.
Los pueblitos de León y Galicia, como siempre, preciosos, la gente que nos íbamos encontrando, muy amables, y el recorrido es de lo más interesante, ya que este camino parece ser que se usaba ya por los romanos en época invernal para evitar las cumbres nevadas de O Cebreiro. El Camino de Invierno, además, atraviesa las cuatro provincias gallegas, y con ello la Ribera Sacra, recorriendo parte del curso de los rios Sil y Miño, tierra de los vinos albariño y godello. Qué buenos que estan!
Desde el punto de vista de la ciclabilidad, el camino es duro en su primera parte, al menos así lo recuerdo, y en particular algunas rampas de arenilla subiendo el monte Faro. Exceptuando esas rampas, el resto es perfectamente ciclable, y nosotros no somos nada técnicos yendo en BTT. Como todos los caminos que hemos hecho, super recomendable, sobre todo si no quieres coincidir con muchos peregrinos y bicigrinos.
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