23 mar 2013

Siempre nos quedará Alicante...

Para esta Semana Santa habíamos preparado una ruta por la meseta, visitando varias zonas de escalada y con posibilidad de hacer alguna excursión, ya que íbamos a compartir un par de días con Juanjo y mis sobrinos, pues mi hermana Susa trabajaría. Pero como quizá sepais, o en el peor de los casos hayais comprobado vosotros mismos, la prevision era de mucha lluvia y así fue.

Empezamos nuestra ruta tal y como la programamos, y de camino a ver a mi padre y a Fanny en Teruel, paramos a hacer algo de deportiva en Montanejos, donde pasamos la noche. El refugio estaba cerrado y en el pueblo no pudimos encontrar la guía, así que tuvimos que preguntar a otros escaladores que nos dejaran ojear su guía. Vimos que en el barranco de la Maimona, en el sector Chulo Panderas, hay una colección de vías asequibles, así que allí fuimos. Para finalizar el día intentamos un 6a o 6a+ en top-rope, pero tenía una salida con roca pulida que encontramos imposible de hacer elegantemente. Pero bueno, como decía aquel, lo importante es participar!

De vuelta a la furgo nos topamos con un nutrido rebaño de cabras montesas. Deben estar muy acostumbradas a las personas porque me dejaron hacer varias fotos, las últimas bastante cercano a ellas.

De aqui fuimos a ver a mi padre y a Fanny, cosa cada vez mas dificil dada su apretada agenda de viajes, y de camino a Cuenca ya nos empezó a llover, tal y como estaba previsto. La previsión para los siguientes 3 o 4 días era de lluvia generalizada en la meseta, pero seco en el Mediterráneo. Así que decidimos acercarnos a Madrid para así al menos ver a los peques. Aprovechamos para comprar la última edición de la guía de Rock Fax de la Costa Blanca, y también para cambiar el parabrisas de la furgo. Sí, resulta que en una zona recien asfaltada nos pasó un Audi a unos 140km/h, lógicamente levantando muchas chinitas pequeñas, una de las cuales petó nuestro parabrisas, que aunque quizá hubiera aguantado, presentaba una raja que crecía cada día.

No pudiendo salir por la mañana debido al cambio de parabrisas, el Miércoles Santo por la tarde-noche experimentamos en nuestras propias carnes el éxodo de los madrileños que se lanzan desesperadamente por la A-3 dirección Alicante y Valencia. Y a partir de aqui se acabó la lluvia, para dar paso al sol y la roca caliente.

Por Alicante nos dedicamos a buscar vias asequibles en zonas de escalada que no hubiéramos visitado, y a la vez queríamos hacer alguna vía larga. Dormimos en Finestrat dos noches, con la intención de ir a escalar al Puig Campana, pero un día amaneció con unas nubes amenazantes, y el otro sin nubes pero con un viento bastante importante.

En Guadalest hicimos la Solo la del Cordino (4), La abeja Nahia (5), Cornicabra (5+), que a mi me pareció durísimo para ser 5+, y La soplá (5+).

Cerca de Benissa estuvimos en Alcalalí, donde pasamos un día fantástico con una roca excepcional. Aquí hicimos Ribeye (4+), Deep pockets (5), Hogfather (5+), Hogswatch (5+), Gilyeat's Hammer (5) y Mono-Slabic (6a).

En la Font d'Axia, también cerca de Benissa, hicimos dos cuartos que mas bien parecian quintos o incluso más, El paval (4+) y Cilla (4+) y después Winne (5), que nos pareció mas fácil que los cuartos que acabábamos de hacer.

Y el último día, aunque durante la ascensión estuvo chispeando un poco, nos metimos en la cara Norte del Peñón de Ifach para hacer la vía Pany (5), de siete largos. El primer largo es una chimenea que, aunque no tiene peligro de caida, técnicamente encontramos que es lo más dificil de la vía. El resto de largos son guapísimos, si bien yo alguno no lo disfruté tanto como hubiera querido, ya que me estresé bastante con el tema de las gaviotas.

Era mi tercera vía en el Peñón, por lo que ya sabía del tema de las gaviotas, pero es que esta vez estábamos escalando en una zona donde un día después ya no se puede porque está restringida la escalada por nidificación. La realidad es que pasamos por dos nidos de gaviotas donde ya estaban las gaviotas incubando huevos, y estos nidos estaban precisamente en las reuniones donde uno se tiene que quedar asegurando al compañero de cordada. Lara llevó bien el tema, pero yo no se si fue porque iba el primero y las asustaba o que, pero especialmente en la reunión donde encontramos el segundo nido, aquella gaviota no paraba de hacer amagos de atacarme, cayendo en picado hacia mi y cambiando trayectoria en el último instante como resultado a patadas que yo daba al aire intentando ahuyentarla, y mientras con las manos aseguraba a Lara. Vamos, como en la peli de Hitchcock The Birds!

Al final no hubo que lamentar daños. Ni nos tocaron las gaviotas, ni nosotros les robamos los huevos, y se repitió la famosa estampa al llegar a la cumbre del Peñón, donde a los turistas que suben caminando se les abren los ojos como platos y les toca la mandibula al suelo al ver como una persona con casco y atado a una cuerda aparece de la nada, como por arte de magia.

Parecido a lo que le pasa en el Pedraforca, donde ha subido cinco veces pero nunca caminando, Lara ya ha subido dos veces al Peñón, pero por la vertical.

Tras esta escalada decidimos ir retirándonos para casa, después de haber hecho unos 1900kms con la Doris, cosa que por curiosidad he calculado en un mapa de Google.

La lección aprendida es que, sea cual sea tu destino si viajas por la península, tienes que llevar encima la guía de la Costa Blanca.
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2 comentarios:

  1. Tomo nota para cuando me acerque al Peñón, ya que es un objetivo pendiente.
    Saludos

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  2. Gracias por comentar, JonyMao. Muy guapo tu blog, ademas tocas mucho una zona que desde el punto de vista de escalar no conozco en absoluto pero que algun dia quiero visitar. Un saludo

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