1 ago 2015

Vallibierna, Culebras y Batisielles

En la anterior entrada explicaba como he estado unos meses haciéndome pruebas y siguiendo tratamientos para diagnosticar un problema en el brazo derecho. Pensé que si durante unos meses no podía escalar, podría aprovechar y resolver un problema que tenía en la rodilla izquierda desde hacía muchos años. Tarde o temprano tenía que hacer algo al respecto.

La lesión me la hice patinando en un half-pipe. El ligamento cruzado externo quedó distendido y con los años esa pierna, la izquierda, se fué curvando incluso más de lo que ya tenía las dos. La solución que me dió el traumatólogo fue hacer un corte horizontal en la tibia, justo debajo de la rodilla, e insertar una cuña que enderezara la pierna exactamente 9 grados, de manera que cadera, rodilla y pie queden en linea y la pierna trabaje bien. La última foto muestra una radiografía de lo que me hicieron.

Unas cinco semanas después de la operación, viendo que evolucionaba muy bien y ya había hecho una excursión con unos 400 metros de desnivel, decidímos ir al embalse de Llauset e intentar subir el Vallibierna y el Culebras, que Gigi no había hecho.

El invierno anterior habíamos hecho un intento, pero al poco de salir empezó a nevar bastante y acabamos dándonos la vuelta. Esta vez nos hizo un día espléndido. Yo íba subiendo con toda la tranquilidad del mundo, principalmente pensando en que luego también tendría que bajar. Las sensaciones eran buenísimas y casi sin quererlo ya estábamos subiendo por las últimas rampas del Vallibierna (3067m).

Nos hicimos la foto de cumbre de rigor, a la vez que íbamos controlando el paso del Caballo, ya que había gente cruzándolo. Nos pusimos los arneses porque llevábamos una cuerdita por si Gigi quería encordarse. Mientras nos preparábamos vimos una chica que no se atrevía a pasar al otro lado, y sus compañeros no habían subido nada de material. Asi, en lugar de encordarme con Gigi, monté un pasamanos, de manera que esta chica y sus compañeros pudieran usarlo, y al final lo desmontaran y nos devolvieran la cuerda y unos mosquetones, tres, que coloqué.

Para mi sorpresa, Gigi pasó sin tocar el pasamanos. El paso del Caballo no es difícil, pero es expuesto y no me esperaba que lo hiciera a pelo.

Una vez en la Tuca de Culebras (3062m), nos dimos un merecido descanso disfrutando de las privilegiadas vistas sobre el macizo de la Maladeta. Además mi pierna había funcionado perfectamente y estaba contentísimo. Con toda tranquilidad, hicimos el descenso por el collado de Llauset, habiendo conseguido hacer la ruta circular.

Al cabo de un par de días quedamos con Roger y Laia en Benasque y subimos a hacer la excursión del valle de Batisielles. En la penúltima foto veis el bucólico Ibonet de Batisielles, con las Agujas de Perramó asomando por encima del bosque.



Dos o tres días mas tarde aún hicimos otra excursión Gigi y yo, sin embargo ésta fue un verdadero desastre. Hicimos la ruta circular para subir desde Fiscal (768m) a la Peña Canciás (1928m). Aún tomándomelo con toda tranquilidad, esos 1200 o 1300 metros de desnivel me pasaron factura, ya que fueron bastante más duros que la ascensión al Vallibierna, y al cabo de dos días note como tenía una capsulitis en la rodilla, cosa que significaba no empezar con la recuperación desde cero, sino peor, ya que tuvieron que pasar dos meses hasta que empecé a notar que la capsulitis desaparecía.

Desde entonces, y ahora mientras escribo esto ha pasado un año, he ido haciendo cosas y no he tenido problema, pero tengo que decir que no he hecho ninguna caminata importante. Este verano espero ponerme a prueba otra vez, y ver que tal está la pierna!

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