12 jul 2010
Cresta Punta Ledormeur - Picos de la Pez
Hace un par de veranos dejamos inacabada la cresta que va desde la Punta del Sabre hasta los Picos de la Pez, pasando por el Bachimala. El motivo no fue otro que un pequeño ataque de pánico al ver la travesía que teníamos que hacer por la cara Norte del Bachimala hasta retomar la cresta justo antes de la Punta Ledormeur.
Desde la cima del Bachimala nos desplazamos unos metros hacia el Sur y, tal y como indican las descripciones de la ruta que habíamos visto, bajamos hacia el Norte por un canchal de piedras donde incluso vimos hasta tres hitos. Después del tercer hito empecé a bajar en diagonal hacia la cresta por terreno muy descompuesto. Lara esperaba a ver si yo daba el visto bueno, pero al comprobar que no se podía asegurar la travesia, y que debajo había un cortado que caía limpiamente más de 100 metros, decidí que lo dejaríamos para otro día.
Aunque alguna persona me ha asegurado que se puede hacer, cosa que no discuto, este verano decidimos hacer una aproximación hasta los ibones de Bachimala, desde allí entrar a la cresta justo antes de la Punta Ledormeur y continuar coronando tres miles. Lo que nuestro colega Miguel no sabía cuando decidió apuntarse es que tanto la aproximación como el descenso iban a ser bastante exigentes, diría yo que más que la cresta en sí, y tendría que tener bastante paciencia con nosotros. Claro que yo tampoco lo sabía!
El error que cometimos fue que, en lugar de subir hacia la señal de Viadós desde el Vado de Bachimala para después flanquear hacia la izquierda hacia los ibones, continuamos por el fondo del valle hacia el Puerto de la Pez y tomamos un camino, marcado en un croquis de Luís Alejos, que sube totalmente a saco por el margen izquierdo del torrente que baja de los ibones. Íbamos siguiendo hitos y aplicando la lógica por terreno muy empinado, lleno de rododendros, que hacían la progresión bastante penosa. Incluso nos encontramos una reseña plastificada en un punto bastante alto, justo por debajo de una sección con un pasito donde incluso tuvimos que sacar la cuerda para subir los mochilotes y atárnosla a la cintura. Tras ver que las dificultades se habían quedado atrás y algo antes de llegar a los ibones decidimos montar tiendas en un pequeño vivac.
Al día siguiente nos pusimos en marcha temprano. La cresta estaba completamente tapada por nubes bajas pero el día fue mejorando hasta acabar despejado. Tanto para acceder a la cresta como para el descenso tuvimos que usar los crampones y el piolet, ya que este año los neveros están aguantando más tiempo de lo normal.
La cresta desde la Punta Ledormeur hasta el Pico Abeillé no presenta ninguna dificultad. Es cuando gira hacia los Picos de La Pez que se pone algo complicada, aunque nunca en exceso. Creo que sólo sacamos la cuerda para atárnosla a la cintura en un corto destrepe.
Al volver a las tiendas, y como nos habíamos quedado por debajo de los ibones, nos dió pereza volver a subir para coger el sendero que flanqueando nos llevaría hasta el camino que va desde el Vado de Bachimala hasta la señal de Viadós. El resultado fue un descenso por libre con un destrepe delicado que con el mochilote a cuestas y después de todo el día danzando, a Lara se le atragantó un poco. Menos mal que Miguel es un tío paciente y durante la cenita en San Juan de Plan celebrábamos que, dentro de lo penoso que habían sido tanto la aproximación como parte del descenso, todo había salido bien. Además, con el Pico de la Pez yo hacía mi tres mil número 100, cosa que celebraríamos al día siguiente comiendo unas pizzas durante la final de la Copa del Mundo de Fútbol, que la Roja se llevó al agua!!!
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