16 jun 2011

Un rocódromo en la chabola (VI)


No he podido aguantar postear antes de que esto esté acabado, pero es que estos días he hecho algunas fotos que creo merecen ser incluidas.

Las estructuras ya están colocadas en los pernos, y aguantadas con las cadenas definitivas pero con algunos mosquetones viejos. Aun no se como será de facil o complicado cambiar la inclinación de un módulo cuando todo esté montado, pero de momento el sistema funciona bien.

Los plafones de madera son dos trozos por módulo porque los plafones que pillamos son de 250cm de largo, que es la medida estándar, y les hemos dado una capa de imprimación. La parte trasera, como no se verá, la hemos pintado con un poco de pintura verde que nos había sobrado de pintar unos muebles y unas estanterias.

Para la parte delantera hemos escogido un color oscurito. La idea es que no se vean mucho las marcas negras de la goma de los pies de gato, cosa que en algún rocódromo de color claro siempre he visto.

Además, a la pintura le hemos echado unas cucharaditas de árido de grano medio para asi darle un tacto rugoso. No se si funcionará pero la idea detrás de este experimento es evitar que las presas que sólo van colladas con un tornillo se den la vuelta. Si probais esto, no pongais mucho árido porque luego cuesta lo suyo esparcir la pintura y hacer que el rodillo ruede!

Una vez acabado todo el tema de pintura, que ha sido bastante mas laborioso de lo que yo esperaba, el siguiente paso ha sido colocar las roscas embutidas. Están colocadas las de los trozos pequeños de plafón, y esta mañana ya los he presentado (sin acabar de apretar los tornillos) en las estructuras. En total son 270 roscas embutidas, asi que aun quedan unos cuantos martillazos por dar, y claro está luego queda que los plafones grandes encajen bien en la estructura, ya que la teoria es una cosa, pero la práctica a veces nos da sorpresas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario