Con la idea de que Gigi conociera otra zona de Montserrat, ya que su primera via de largos fue en la región de Agulles, esta vez nos fuimos a la Buriles rojos (140m, V) a la Panxa del Bisbe, a la que se accede por el camino de los Franceses desde el Monasterio.
La Buriles rojos, que ya no tiene ningún buril rojo exceptuando uno que ví en una reunión, es una vía con polémica, ya que cuando fue reequipada se colocaron algunos parabolts extra que después han sido cortados, para así dejar la vía en su estado original.
El primer largo es el más tieso, y donde es imprescindible una buena colocación porque hay algunos pasos finos típicamente montserratinos. En este largo recuperamos un mosquetón, probablemente de algún abandono. Y es que eso de ir escalando y pasar de largo espárragos de parabolt cortados puede afectar el coco.
El segundo largo decrece en dificultad, pero tiene un considerable aleje antes de llegar a la segunda reunión. Aquí nos tuvimos que abrigar. Aunque el día era soleado y la previsión no indicaba viento, empezó a soplar, y bastante frío.
Es posible que algunas cordadas den la vía por acabada en este punto y rapelen desde aquí, pues esta segunda reunión y la primera son rapelables, pero a nosotros nos gusta, si es posible, hacer cumbre, así que decidimos tirar para arriba.
El resto de la vía son tres largos, en los que aparte de las reuniones sólo encontré un buril antiguo, sin embargo la dificultad es baja y se hacen bien.
En la cima, con vistas espectaculares del Cavall Bernat con el Pirineo nevado de fondo, no estuvimos mucho tiempo. El aire continuaba siendo frío y nos quedaba un largo rápel por la cara noroeste.
Una vez recuperadas las cuerdas del rápel, que con viento siempre es una lotería, decidimos bajar hasta el camino principal y hacer una barrita allí, y es que en el bar La Roca de Monistrol nos esperaban unos tremendos bocatas, que obviamente degustamos con sabor a triunfo.
Montserrat, como siempre, mágica!
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